sábado, 8 de septiembre de 2007

Diario de un telemarketer / final de la 3er temporada de Lost

¿Que es un Call Center?, ¿que se hace en uno? Estas preguntas se las hizo la gente de la Rolling Stone, y un periodista de esa revista consiguio un trabajo en una tercializadora que brinda atencion al cliente en España.

Les dejo el dia 1, si quieren ver los demas dias, entrar aquí.

DIA 1 - Bienvenidos al país de me parece que me están cagando

"¿Me pasas conalguien importante,por favor?"(un cliente)

Son las 6:05 de la madrugada de un lunes y en el octavo piso de un edificio del microcentro hace cinco minutos que Gordis Chayanne le viene explicando a un grupo de veinte desahuciados con sueño por qué vale la pena trabajar en un call center en general y por qué será maravilloso trabajar en este call center en particular, que es uno de los más grandes de la Argentina y por eso hace cosas como ésta: tener un re edificio en el Bajo, con televisor, microondas y máquinas de café que aceptan monedas falsas en las salas de descanso, y poner una chica simpática como una conductora de la Hit a explicarnos cómo hay que hacer cuando un español ofuscado te pregunta al otro lado del teléfono (al otro lado del océano) por qué no puede enviar mensajes de texto. Decía, son las 6:05 y eso está mal, porque no se llega cinco minutos tarde tu primer día de trabajo, mucho menos si tu trabajo es este trabajo, donde cada segundo está medido con la obsesión taylorista del control panóptico.
“Estás perdonado hasta que aprendas cómo son los horarios”, me dice Gordis Chayanne, que es buena buena, porque me lo podría decir mal y no, cero. Yo pido disculpas y me siento junto a un hombre pequeño de 40 y hasta ahí, camperón y jeans prolijos, que tiene un brazo defectuoso cuya mano no se mueve del bolsillo creo que derecho y se va a encargar de escuchar todas nuestras conversaciones para determinar si realmente lo estamos haciendo bien. El señor tullidito aquí se llama señor Auditor de Calidad. Parece que vive en San Fernando o algún otro lugar con agua desde donde no hay manera de llegar temprano, a menos que seas él.
Después de algunas recomendaciones del tipo “no vengan con pantalones rotos” o interpretaciones de género como “las chicas son siempre más discutidoras”, pasamos a un aula con pecés que esperan encendidas por nosotros. Ahora cada uno debe presentarse, pero Gordis Chayanne tiene un truco para hacer las cosas más divertidas, así que vamos a jugar a que cada uno se hace amigo del que tiene al lado, lo charla, lo conversa y después lo presenta. A mí me toca chico Recursos Humanos, un flaquito desenvuelto de 22 años que estudiaba eso en la UBA, pero como se fue a vivir con su novia ahora quiere plata para comprarse heladera y DVD, así que a su trabajo en un Farmacity le agregó estas seis horas de Call Center, que le vienen bárbaro porque sale a la una del Farma, entra a las tres al Call (a las tres vamos a entrar todos cuando terminemos esta semana de instrucción) y el resto del día lo dilapida en diversión desenfrenada.
Hay un rugbier de GEBA que le toca presentar a un gay ácido que ama la danza clásica y borda vestuario para teatro. “Bueno, a él le gusta bordar y…” arranca el rugbier con cara de por qué a mí, por qué a mí. “Bueno, él juega al rugby…”, arranca chico gay, con cara de todos ustedes son unos esperpentos demacrados embrutecidos y de qué mierda estoy haciendo acá.
Allá adelante, donde no veo bien, un rubiecito con la voz débil se hace cargo de su propio relato. El rubiecito nos cuenta a todos pero a Gordis Chayanne más que a nadie que, pobre, él no pudo entrar en el trabajo de sus sueños: un puesto en Cancillería. Cuenta, el rubiecito sin voz, que tiene completos sus estudios en Relaciones Internacionales, que se crió pupilo en Alemania, que su padre es militar y él, seminarista. Como ve que Gordis se le queda un poco, rubrica: “Voy a ser sacerdote”. Gordis pregunta lo que todos en ese momento nos preguntamos: “¿Qué hacés acá?”. Rubiecito contesta: “En la prelatura nos aconsejan interactuar con el mundo, salir a él, por eso. No me dejaron entrar en la Cancillería por mi apellido”. A Gordis le gustará Chayanne pero pregunta lo que tiene que preguntar: “¿Cuál es tu apellido?”. El rubiecito débil se vuelve todo un rubio the police para decir: “Me llamo Martínez de Hoz”.


Para terminar les dejo un videito nada mas ni nada menos que el final de la terecera temporada de Lost, en vez de usar un flashback (como nos tienen acostumbrados), utilizaron un flashforward. Que es de la vida de Jack cuando lo rescaten?, ¿lo rescataron?....

Miren, miren...



Chau.

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