Se inicia la saga (bah, saga saga no es...) pero es una novelita, o cuento corto no tan corto...
Seis capitulos, espero que la disfruten.
INFANCIA FELIZ
La vida da vueltas, le decía Don Zenón a su hijo todavía pequeño, mientras correteaba jugando a que era un avión y sobrevolaba el precario pero orgulloso muellecito que habían construido hace ya varios años, César ni había nacido.
Así fue trascurriendo su infancia, entre juegos y naturaleza, con pocos amigos(es de esperarse cuando uno vive en el campo), todo muy sano, casi como en una de esas películas viejas.
A veces las cosas no andaban bien, entre otras cosas porque la plata no siempre alcanza, o mejor dicho, pocas veces alcanza, pero siempre se las arreglaban para que no falte la comida en la mesa.
Al llegar la adolescencia, César se fue a estudiar a la ciudad, al liceo militar, luego de su graduación, a la que asistieron sus padres, se volvió para el campo, pero algo había cambiado en él, ya no era el mismo, eso se notaba, y mucho. Por eso no les extrañó a sus padres cuando les dió la noticia, lo llamaron para ir a las Malvinas, para recuperar lo que es nuestro, y mientras le decía esto a su padre le rodó una lagrima por la piel curtida del rostro, y esa era la primera vez que lloraba, por lo menos en público. Lo abrazó, lo felicito por su valentía y se despidió, por más que no se iba todavía. Su madre sollozaba en silencio mientras le hacía el bolso, sólo con las cosas imprescindibles, un abrigo, un rosario, y una foto de sus pagos, esos que los vió nacer, y ahora los estaba abandonado, quizás para siempre.
Lo fueron a despedir a la garita que se erguía en la ruta como un guardián de los viajeros. Cuando el micro llegó fue una despedida breve, como premeditada. Se subió al micro y se fué, levantando una nube de polvo por la ruta de ripio. El destino, para sus padres, desconocido. Para él, Rio Gallegos, última parada antes de embarcarse rumbo a las Islas.
(Continuará)
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